Fin de la Sección Colombófila del Regimiento de Transmisiones

Hoy ha aparecido en ABC una crónica sobre el desmantelamiento del servicio de palomas mensajeras del Ejército de Tierra que tiene su sede desde 1920 en el Regimiento de Transmisiones.


El Ejército jubila a sus palomas
29-3-2008 02:57:04
El Ejército jubila a sus palomas

Un sencillo y corto acto sólo para militares acabó ayer de golpe y porrazo con siglo y medio de historia. Fue en Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde tiene su base el Regimiento de Transmisiones 22. Un coronel del Ejército pronunció las palabras de despedida, agradeciendo el servicio prestado y recordando que las nuevas tecnologías están invadiendo el mercado. Las palomas ya no son lo que eran. Los cinco integrantes de la ya desaparecida Sección Colombófila del Ejército de Tierra soltaron las 300 aves mensajeras que entrenan y miman, alguno de ellos desde hace once años, y éstas, obedientes y disciplinadas como un soldado más, volaron juntas a casa, al palomar militar de El Pardo. La última misión. Hoy serán entregadas definitivamente a la Federación Española de esta disciplina.

«El Correo» adelantó en exclusiva el pasado diciembre esta noticia, que finalmente se ha hecho realidad. El Ejército, inmerso en un proceso de remodelación, tiene palomas mensajeras desde 1879, cuando creó su primer palomar en Guadalajara. En 1920 se trasladó a su sede actual de El Pardo, en Madrid. De éste dependían otros secundarios diseminados por todo el país que han ido desapareciendo paulatinamente, hasta hace un par de años, cuando cerró el penúltimo que quedaba, el de Sevilla.

Alguien podría pensar que es mal augurio esto de que el Ejército jubile a sus palomas. O a los superiores no le gustan las plumas o corren malos tiempos para el romanticismo. Los responsables de la Sección Colombófila, que ya esperan nuevo destino, reconocían en aquel artículo de hace tres meses su pena por la clausura. Decían no entender que el Ejército no tenga hueco para cinco militares y 300 pájaros. Porque están convencidos de que, en caso de destrucción de las comunicaciones, la única manera de enviar mensajes sería en las patas de esos animales. Además, destacaban la labor de «captación» que realizaban en muchos colegios, donde los niños veían así una cara amable del Ejército, alejada de tanques y bombas.

Ayer no hubo declaraciones. Y no habrá más palomas condecoradas, como la 46.415 que reposa disecada en el Museo del Ejército. Corría 1937, en plena Guerra Civil. 200 guardias civiles sublevados estaban sitiados en el Santuario de la Virgen de la Cabeza, en Jaén, junto a 1.200 personas. Aguantaron 256 días el asedio de los republicanos gracias a las palomas que les conectaban con el Gobierno Militar de Córdoba y suministraban información sobre cómo hacerles llegar alimentos. La 46.415 fue herida de bala y cayó. Arrastrándose llegó a su destino, entregó el mensaje y murió. Si hoy levantara la cabeza...

ISABEL IBÁÑEZ



Esta crónica hace referencia a otra anterior titulada "Militares sin armas" que publicó el diario El Correo en diciembre del año pasado.

Comentarios

Veteranos ha dicho que…
Hola: Triste noticia.Es una pena que supriman el servicio colombófilo porque podría llegar a ser útil en algún momento. Cualquier Unidad de Guerra Electrónica, hoy en día, es capaz de anular las comunicaciones del enemigo, pero el enemigo también puede hacer lo mismo con las tuyas. Entonces serían útiles las palomas mensajeras o volver a los tiempos románticos de los mensajeros de a caballo, como en la Edad Media. Un saludo.
Anónimo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Veteranos ha dicho que…
Aviso: ruego tener cuidado y no pinchar en el enlace "here" del comentario anterior, porque es un spam con un supuesto anuncio el cual bloquea el ordenador y lo tienes que quitar con el Administrador de Tareas o apagar el PC a mano. Nos ha pasado lo mismo en nuestro Blog del Regimiento de El Pardo.
Muchas gracias.
Anónimo ha dicho que…
Triste noticia si, sobre todo para personas como yo, aqui en este Palomar pase mis tres primeros años de vida, el la casa que todabia existe junto a El Palomar. Mi padre estba destinado en El Regimiento De Trasnmisiones y en espera de casa militar libre, en El Pardo, le asignaron esta del Palomar, yo por supuesto no me acuerdo de esos años, pero si de los siguientes ya que subia muchas veces de paseo con mi abuelo y me subia a el Palomar.

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