La Virgen de Nuestra Señora de la Paz

Originariamente Felipe III fundó el Convento de los Padres Capuchinos en la misma colina donde se encuentra pero un poco más abajo, en la actual huerta. Fue Felipe IV quien decidió trasladar el Convento a lo alto de la colina, esto es su ubicación actual, para poder disponer de agua con mayor facilidad.

El primitivo Convento pasó a convertirse en la Ermita de la Virgen de Nuestra Señora de la Paz (quizá su nombre se debe a algunas de las paces que se celebraron con Francia a lo largo del siglo XVII) y allí recibió culto hasta que la ermita amenazó ruina a mediados del siglo XVIII.

Con la ayuda de Miguel Suárez hemos localizado en la Gaceta de Madrid del 23 de febrero de 1740 la relación del traslado de la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de la Paz al Convento.

En el Convento del Cristo la imagen de la Virgen recibió culto hasta su destrucción durante la Guerra Civil. Incluimos una fotografía de la escultura de la Virgen de un folleto publicado terminada la Guerra Civil.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
En el libro Real Sitio de El Pardo, por Manuel Ayala y Raya (1893), aparece lo siguiente:

Nuestra Señora de la Paz.

En el año de 1687 el rey Carlos II donó al Convento la imagen de Nuestra Señora de la Paz, que se venera en una capilla contigua a la del Santísimo Cristo. Se colocó en un principio en la ermita que ahora es la de San José, donde estuvo el antiguo convento. Llamóse Nuestra Señora de la Paz, porque cuando se hacía la tirada de cuerdas para la construcción de la ermita, llegó a Madrid la noticia de las victorias alcanzadas sobre los turcos por las armas imperiales.
Los reyes D. Fernando VI y doña María Bárbara, que visitaban con asiduidad este convento, determinaron que se subiese dicha imagen a la iglesia.
A este fin, mandaron construir la capilla donde hoy está; las obras comenzaron en Mayo de 1758; pero habiendo en dicho año pasado a mejor vida la Reina, y retirado el Rey al palacio de Villaviciosa, mandó, a los ocho días de haberse acabado la obra, que la traslación de la Virgen a la nueva capilla se hiciese sin ostentación ni boato, dada la tristeza que su corazón sentía
por tan irreparable pérdida, pero si con la religiosidad, respeto y veneración con que acostumbraban á hacer los religiosos sus procesiones claustrales y con efecto, así se hizo el día 7 de Octubre del mismo
año de 1758, después de vísperas.


Ayala y Raya asegura, al final del capítulo dedicado al convento del Cristo, que los datos que presenta acerca del mismo los tomó "de una obra publicada por un padre capuchino que habitó dicho convento". Esta obra debió perderse, porque el 4 de junio de 1908 el religioso Humilde Mª de Gayoso escribió, desde El Pardo, a Marcelino Menéndez y Pelayo, solicitando ayuda para encontrarla y poder reimprimirla. El religioso, probablemente franciscano del convento de El Pardo, menciona que Manuel Ayala y Raya debió haber leído la historia porque cita párrafos enteros en su libro.

(Epistolario de Marcelino Menéndez y Pelayo, edición al cuidado de Manuel Revuelta Sañudo, volumen 19, enero 1907-noviembre 1908, carta nº 654. Puede encontrarse en www.cervantesvirtual.com)
Javi Fernández ha dicho que…
Muchas gracias Miguel por completar la entrada.
Saludos

Javi

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